martes, 28 de noviembre de 2017

SEPSIS

                                                                       SEPSIS 



Entendemos que la  sepsis es una enfermedad grave. Ocurre cuando el cuerpo tiene una abrumadora respuesta inmunitaria a una infección bacteriana. Las sustancias químicas liberadas a la sangre para combatir la infección desencadenan una inflamación generalizada, lo que conduce a la formación de coágulos de sangre y la filtración de vasos sanguíneos. Esto causa un pobre flujo sanguíneo, lo que priva a los órganos de nutrientes y oxígeno. En los casos más serios, uno o más órganos puede fallar. En el peor de los casos, la presión arterial baja y el corazón se debilita, lo que lleva a un shock séptico.
Cualquier persona puede presentar una sepsis, pero el riesgo es mayor en:
  • Personas con sistemas inmunitarios debilitados
  • Bebés y niños
  • Personas mayores
  • Personas con enfermedades crónicas, como diabetes, SIDA, cáncer y enfermedad renal o hepática
  • Personas que sufren de una quemadura severa o trauma físico
Los síntomas comunes de la sepsis son fiebre, escalofríos, respiración rápida y ritmo cardíaco acelerado, sarpullido, confusión y desorientación. Los médicos diagnostican la sepsis mediante un análisis de sangre para ver si el número de células blancas en la sangre es anormal. También hacen pruebas de laboratorio que comprueban si hay signos de infección.
Las personas con sepsis suelen ser tratadas en unidades de cuidados intensivos del hospital. Los médicos intentan tratar la infección, mantener los órganos vitales y evitar una caída en la presión arterial. Muchos pacientes reciben oxígeno y líquidos intravenosos. Otros tipos de tratamiento, como respiradores mecánicos o diálisis renal, pueden ser necesarios. A veces, se necesita cirugía para eliminar una infección.










                                                           
                                                      SEPSIS NEONATAL 
Es una infección de la sangre que ocurre en un bebé de menos de 90 días de edad. La sepsis de aparición temprana se ve en la primera semana de vida, mientras que la sepsis de aparición tardía ocurre después de los 8 días y antes de los tres meses de edad.

Causas

Muchas bacterias diferentes, incluso la Escherichia coli (E. coli), Listeria y ciertas cepas de estreptococo, pueden causar sepsis neonatal. Los estreptococos del grupo B (GBS) han sido una causa mayor de sepsis neonatal. Sin embargo, este problema se ha vuelto menos común porque se examina a las mujeres durante el embarazo. El virus del herpes simple (HSV) también puede causar una infección grave en un bebé recién nacido. Esto sucede más a menudo si la madre contrajo recientemente esta infección.
La sepsis neonatal de aparición temprana se presenta más a menudo dentro de las 24 horas después del nacimiento. El bebé contrae la infección de la madre antes o durante el parto. Los siguientes factores incrementan el riesgo para un bebé de padecer una sepsis bacteriana de aparición temprana:
  • Colonización durante el embarazo con estreptococos del grupo B.
  • Parto prematuro.
  • Rompimiento de fuente (ruptura de membranas) que dura más de 18 horas antes del nacimiento.
  • Infección de tejidos de la placenta y líquido amniótico (corioamnionitis).
Los bebés con sepsis neonatal de aparición tardía resultan infectados después del parto. Los siguientes factores aumentan el riesgo para un bebé de padecer este tipo de sepsis:
  • Tener un catéter durante mucho tiempo en un vaso sanguíneo.
  • Permanecer en el hospital por un período de tiempo prolongado.


Síntomas

Los bebés con sepsis neonatal pueden tener los siguientes síntomas:
  • Cambios en la temperatura corporal
  • Problemas respiratorios
  • Diarrea
  • Glucemia baja
  • Movimientos reducidos
  • Reducción en la succión
  • Convulsiones
  • Frecuencia cardíaca lenta
  • Área ventral hinchada
  • Vómitos
  • Piel y esclerótica de color amarillo (ictericia)

Pruebas y exámenes

Los exámenes de laboratorio pueden ayudar a diagnosticar la sepsis neonatal e identificar la causa de la infección. Los exámenes de sangre pueden incluir:
  • Hemocultivo
  • Proteína C reactiva
  • Conteo de glóbulos blancos (CGB)
Si el bebé tiene síntomas de sepsis, se llevará a cabo una punción lumbar (punción raquídea) para examinar el líquido cefalorraquídeo en búsqueda de bacterias. Se pueden hacer cultivos de piel, heces y orina para el virus del herpes, especialmente si la madre tiene un antecedente de infección.
Si el bebé tiene tos o problemas respiratorios, se tomará una radiografía del tórax.
Los urocultivos se realizan en bebés que tienen más de unos cuantos días de edad.





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